Moldeo por Inyección de Metal (MIM)

El moldeo por inyección de metal se ha convertido en una forma rentable de fabricar piezas de alta calidad con geometrías cada vez más complejas. El proceso de producción, al igual que el moldeo por inyección de plástico, implica la inyección de una combinación de metal en polvo y un agente aglutinante en un molde, seguido del paso del componente a través de dos hornos diferentes (desbarbado y sinterizado) para eliminar el agente aglutinante y producir la pieza final. Mediante el control de los diferentes aspectos de las condiciones del horno de sinterizado y desbarbado, como la selección del gas, el punto de rocío, la temperatura y el caudal, se puede lograr la concentración de carbono deseada. Como tecnología ecológica reconocida, el moldeo por inyección de metal ofrece muchas ventajas sobre otros procesos de fabricación, al minimizar el desperdicio de material sin renunciar a las propiedades mecánicas ni a la selección del material.